miércoles, 31 de agosto de 2011

Vomitando todos somos iguales y el poder de “tu tubo” sobre mis sesos


Ya quisiera Azcárraga beibi llegar, como antes lo hacía, a cada rincón de nuestra bendita república con la heroica misión de inmolar nuestras neuronas en pro de una sociedad acrítica que atestiguara felizmente la acumulación desmedida de los 1.7 billones de dólares que su emporio le ha permitido embolsarse. Nuestra generación se ha arrancado el control remoto del cerebro ¡viva! estamos ante la presencia de la dignidad humana… ja-ja… era broma, en realidad sustituimos la sed televisiva por otro remedio: hemos optado por el módem intravenoso. Las necesidades que ahora pensamos básicas (y que a la mera hora nos damos cuenta de que no son tanto) siguen siendo las mismas: encontrar un espacio para dejar de pensar. Sí, porque olvidarnos un poquito de la carga que implica vivir en un mundo inhabitable nos permite seguir “estando”.

Que conste que no estoy satanizando el uso del Internet (San Google ora pro nobis); sin ningún afán de adentrarme en la enredada discusión sobre las ventajas y desventajas, bondades y tragedias, fobias y fetiches del uso de la tecnología, haré hincapié en la enorme posibilidad de difusión de la que gozan sitios como You tube (“tu tubo” para las hordas de nacionalistas que leen esto…ja-ja); y es que una y otra vez nos hemos visto vomitando en un mismo excusado dispuesto por la sociedad virtual you-tubera de nuestra ilustrísima nación “¡Y a ti que te importa!” podrían reclamarme cimentados en la libertad de expresión (R.I.P.) Honestamente, yo pienso que no es lo que vemos/consumimos es lo que hacemos con ello.

Dicho esto paso a probar mi punto: que arroje la primera piedra aquél que no recuerda a cierto niño regordete regiomontano diciendo “ya wey, pinche pendejo, wey, pinche vato…”. Con alrededor de 2 millones de vistas en tu tubo, Edgar y su caída se hicieron famosos por saber humillarse a nivel nacional. Así, un comercial de galletas Emperador después, ya nadie se acuerda de él. Y qué decir de un hombre que en Ciudad Juárez le repitió una y otra vez a las cámaras de un noticiero “tengo miedo”. Con 14, sí, 14 millones de vistas el famoso axioma del miedo se incorporó al léxico básico de los jóvenes mexicanos. Me estoy viendo muy old fashion, ¿no? mejor me apuro; esa adolescente ebria que juraba “no choqué, me chocaron”, el mísmiso “hijo del papá” y representante de la Canaca gozó (sí, su muerte fue noticia importante con López Doriga) de más de 16 millones de vistas, parodias echas en su honor, entrevistas, musicalizaciones techo/reaggeton/rap/cumbia y hartos espacios en los medios de comunicación masiva, la génesis del “juay?” de López Dóriga (sí, otra vez) mostrando sus problemas con la adquisición de una segunda lengua. Y la coronación absoluta de esta costumbre you tube maniáca en dos partes. Capítulo I: hace unos meses hizo aparición en nuestras vidas la materialización léxica de lo inexpresable, ¿no se acuerdan? el estadio azteca entero se encargó de enaltecerla cada vez que despejaba el portero del equipo mexicano en la final del mundial sub-17...“¡FUA!” y con eso lo hemos dicho todo. Difusión televisiva: es tu fin. Todo el azteca (un aproximado de un chingo de gente) gritando “FUA” al unísono, todos vomitando la misma mierda. Y Televisa lo sabe, está tan al tanto del cambio de domicilio de nuestros cerebros que brinda espacio en sus noticieros a estos temas, los periódicos hacen lo propio y el radio no se queda atrás. Por eso, banda you tubera, es que hoy en las noticias y la semana pasada en El universal, leí sobre el temible capítulo II: las ladies de Polanco. Me doy asco por comentarlo, porque pienso que ya tuvieron mucha más publicidad de la que merecen, pero 10 millones de visitas en 10 días nos dicen hacia dónde están yendo nuestros intereses, y también nos dicen que dos mujeres sin educación alguna (porque aunque no soy fan de las autoridades no es justificable atropellar la dignidad de otro individuo) tienen un enorme poder de convocatoria. Nuestra justificación para ver dichos videos: “es que son cagados”. La cosa, creo, es que no lo dejamos en unas cuantas risas. Lo hacemos moda, lo incorporamos a nuestro léxico, lo posteamos en el Facebook y lo retwitteamos hasta hartarnos, todo el tiempo que le dedicamos a este tipo de entretenimiento y el cómo nos enteramos de que existe están perfectamente controlados por los mismos titiriteros de siempre. No estoy diciendo que no los veamos, estoy proponiendo que la siguiente vez que nos topemos con algo de eso nos preguntemos ¿qué hace un hombre de aparente clase media en medio de la calle totalmente alcoholizado? ¿por qué en vez de ayudarlo lo entrevistan? ¿por qué se les permitió reaccionar violentamente a dos féminas? ¿por qué quien graba el miedo de un hombre, cómo cae un niño o cómo insultan a un policía, sigue grabando y no hace nada? ¿por qué da risa la descomposición social que experimentamos? Tal vez sea tiempo de pensar que la red no es un lugar tan libre como creíamos pero que todos tenemos la opción de vomitar aquello que está podrido.

lunes, 29 de agosto de 2011

Smile or die: Google+ o la gran parcela


Hace unos días se cumplieron dos meses de que Google lanzara su nueva red social: Google+. Aquellos que ya tienen un perfil (y muchos otro que no) se dieron cuenta que las características del servicio no podían llamarse nuevas, pero ciertamente resultaban mejores. En Google+ tienes un “wall” que también es un “timeline”, es decir, existe la posibilidad de publicar el contenido al que estamos acostumbrados (videos, notas, fotos, links, incluso ubicación), nadie publica en tu “wall”, no hay “friend requests” y no he podido saber cuántos caracteres aceptan los estados, pero son muchísimos más que Facebook y Twiter, etc.

En Google+ tienes círculos en función de los cuales el contenido es filtrado; la nueva red social evita que los amigos de la oficina vean las fotos incómodas, se pueden lanzar pestes del jefe impunemente y nuestros padres quedan por fin segregados en la práctica pero oficialmente incluidos en nuestros círculos. Sin embargo, el lanzamiento de Google+ va más allá de mejorar la forma en la que compartimos contenido, puede ser que, en el futuro, Google+ signifique más por la forma en que ese contenido es almacenado y distribuido.

El año pasado Tim Berners-Lee (creador de la web, ni más ni menos) escribió una artículo en Scientific American llamado “Long Live the Web: A Call for Continued OpenStandards and Neutrality”. En dicho escrito no sólo se presumen los logros de los códigos abiertos y se pugna por una red más neutral, Berners Lee también nos da una interpretación curiosa de las redes sociales y el gigante buscador. Al parecer, las bondades de las redes sociales (conseguir pareja a los cuarenta, organización de motines liberadores-descentralizados-árabes-juveniles, y la evolución del acosamiento) no son tan brillantes cuando se considera que sitios como Facebook, Twitter, Google, Blogger, etc., establecen un conjunto que atrapa a la enorme mayoría de los cibernautas. Piensen en las páginas que visitan cuando entran a internet, qué página abren primero, o cuál jamás se cierra. Facebook tiene el 46% de tráfico mundial, 27% del tráfico de Facebook es dirigido desde Google, Youtube tiene más de mil millones de visitas al día y… números, números pero sólo unos cuantos sitios.

El problema, dice Berners-Lee, radica en que estos sitios absorben la mayoría del tráfico mundial, los cibernautas rara vez salen de ellos y, si lo hacen, siempre regresan para compartir. Los productos y servicios de las redes mantienen una dinámica que siempre se mira el ombligo, incluso una navegación “aleatoria” es orquestada por Stumble; los internautas de todo el mundo navegan principalmente en una decena de páginas (a finales del 2010 había 255 millones de páginas). Lo realmente interesante no es la polémica alrededor de los servicios que se ofrecen, sino que unos cuantos sitios y aplicaciones acaparan el tiempo (que no es poco) que pasamos en la red. ¿Cómo se acomoda entonces, en esta lógica, la nueva red social? Las intenciones parecen evidentes: no salir de Google.

Google+ tardo 24 días en obtener 20 millones de usuarios, Facebook tardó 1150. Desde luego que las condiciones, al lanzarse ambos servicios, no eran las mismas pero sí se debe tener en cuenta un dato: Google+ no es aún un servicio abierto. El cuello de botella creado por Google devino en un “hype” impresionante, las invitaciones se vendían incluso en eBay: una estrategia con efectos más positivos que la simple retroalimentación con los desarrolladores.

Google+ “lo tiene todo”, puede ser Twitter y puede ser Facebook, Picassa se encarga de tus fotos y videos, tus documentos están en Google Docs, tus noticias en Google Reader, tienes Google Calendar, Gmail, tus juegos, tus libros, tus blogs, todo está incluido, hasta esas personas que nunca quisiste incluir.

Falta mucho para que Google tenga el alcance que ya tienen las grandes páginas y redes sociales que conocemos, la apuesta es grande, los objetivos claros y los usuarios caprichosos. Es muy pronto para alarmarse y afirmar que Google se apoderará del tráfico en la web, pero sus posibilidades, de inicio, son muchas, así que, cuando entren a mi perfil de Google+ y me agreguen a sus círculos, sonrían y no salgan de ahí.


Luis Miguel Albarrán

domingo, 28 de agosto de 2011

Haz patria, mata un árbol



Insertos en el ciclo social y cultural de la venta, el consumo y la comodidad nos hemos olvidado de aquellos ciclos que no responden a los deseos individuales o sociales del ser humano y que sobrepasan por mucho el tiempo que hemos durado y la turbulencia que hemos generado. La construcción de un ambiente, sobre todo en el caso de las ciudades, se ha convertido de manera progresiva en la aniquilación de ecosistemas cuyo equilibrio, hasta nuestra llegada, parecía inquebrantable. Nos comportamos de manera similar a una enfermedad que corrompe y degrada todo lo que encuentra a su paso. ¿Quién no recuerda aquella revelación que el agente Smith comparte con Morpheus en la película The Matrix (1999), sobre la que es para él la verdadera clasificación de la especie humana?
La desigualdad social conserva la misma proporción. Mientras que para algunos y en algunos lugares ha sido necesario replantear las relaciones del hombre y los demás seres vivos y no vivos, para otros, podría decirse que para la mayoría, dichas relaciones deben responder a la misma regla que rige la convivencia dominante: la ley de la oferta y la demanda. A partir de esta ley, el esfuerzo de aquella aniquilación de nuestro entorno se resume en la satisfacción del capricho.
El capricho es el orden del nuevo mundo: ordena el espacio, nuestro cuerpo y nuestras mentes. Y todos los medios y recursos que sean necesarios para minimizar la ansiedad y el tedio que produce el no cumplimiento de lo que se demanda a través del capricho, deben ser extraídos, transformados, producidos, transportados, vendidos, comprados, utilizados y desechados, pues el desecho forma también parte del sentimiento de paz que genera la satisfacción del capricho. Si no, ¿cómo explicarse la paradoja que implica que los productos que fomentan la asepsia y la higiene, contaminen después de usados aquello que prometen limpiar? El capricho resuelve toda contradicción, la simplifica y la revela en la voracidad de quienes producen, pero también de quienes venden y compran: la santísisma trinidad del capricho…
Sin embargo, en el mundo no solo habitan bebés llorones, que piden a gritos su mamila para luego aventarla. Coexisten conciencias y movimientos que, por más pequeños e irrelevantes, apuntalan el inicio de lo que podría ser una parada del tren, la disminución de la explotación sobre los recursos naturales, la capacidad para decidir cuáles necesidades son verdaderas y cuáles han sido inventadas por uno mismo o por los demás y la renovación de las fuentes de energía utilizada para solventar dichas necesidades, además de la reflexión sobre los espacios que ocupan nuestros desechos. Esta columna será usada para mentar madres, pero también para examinar propuestas. Al final quedará elegir si haremos algo o seguiremos diciendo: ¡Haz patria, mata un árbol!

Erizipela Rotondo

Escaleras en el abismo



Pensaba bautizar a la columna algo así como “La semana alegre”, recomendado por Tick- Tack, un amigo. La idea me pareció fantástica hasta que me di cuenta de que con narcofosas, secuestros, asesinatos en efecto dominó, cadáveres que se suman en la calle, entre otras crudezas del menú diario, sería difícil tener una semana alegre, así, con toda la extensión de sus palabras. El nombre quedó, tristemente, fuera de la lista. Parecía una especie de ideal utópico de hace más de cien años, otra fecha a la que también se le hacía tarde por presenciar el fin. Y justo cuando pensé eso, ¡voilà! Me percaté de que la idea siempre había estado ahí, como el apocalipsis, como el dinosaurio y Monterroso. Noté que dentro de la cueva más oscura, también hay tenues reminiscencias de luz, que en el día más funesto, la noche lo sobrecoge con suspiros y que es de esta forma en la que tenemos que trabajar para conciliar, aunque sea, una sonrisa con un llanto. ¿Por qué? Porque siempre van de la mano, así, la carcajada más estruendosa puede ser consecuente de la tristeza más profunda. Dentro del fin está la semilla del inicio. Diría Armando Bartra que el mismo veneno produce su antídoto. Muchos ven venir amenazadoramente la destrucción de toda posibilidad de supervivencia y, sin embargo, se resisten a morir. Algunos nos aferramos a las letras con la esperanza de hacer algo contra lo absurda que se ha vuelto nuestra sociedad, contra la incongruencia de nuestros pseudo-políticos, contra lo alejada que se encuentra la salida de la caverna. Si Platón viviera se pegaría un tiro. No podemos confiar que de entre los escombros, haya una suerte de generación espontánea (más de la que ya hay), sino tendríamos más ratas de las que necesitamos, pues hay tantas coladeras, tantos desperdicios, tantos cadáveres, tana mierda, que ya no es extraño verlas, incluso, en los paseos familiares de aquellos adinerados que tiran todo, que tiran basura, dinero, amigos, países. De estas posibilidades de resistencia y antídoto, de las criaturas habitantes en las entrañas de la ciudad y del camino paradójico que es el subir y el bajar por la misma escalera les vendré a platicar, de vez en cuando, en cualquiera de sus peldaños. No queda de otra. Nos toca construir desde el abismo para salir de él.

Rolando Ramiro Vázquez Mendoza







sábado, 27 de agosto de 2011

Finding my religion




En la escuela me dijeron que Dios había muerto, que lo había matado un tal Nietzsche o algo así, pero no les creí.
Desde antes de que me lo dijeran ya lo estaba buscando, pasé por muchos lugares, pero en ninguno de ellos lo encontré. Primero visité la iglesia católica. Lo que hallé fueron unos sacerdotes que me retaban a hacer interpretaciones de la Biblia a las que yo siempre atinaba (por eso pensé que era buena para interpretar textos y se me ocurrió estudiar literatura); antes había ido con los cristianos pero, como era muy niña, no me dejaban participar en nada y me ponían a dibujar: yo dibujaba ratas grises. Me parecía sumamente gracioso que las letras de las canciones (alabanzas) las pasaran en una pantalla de video, era como el karaoke de Dios.
Años después, una amiga me invitó con los mormones, pero sólo vi que se la pasaban comiendo y haciendo fiestas, además me hicieron leer una historia absurda sobre un tal Juan que se desmaya y en su sueño se le aparece un ángel que le regala unas tablas, y que Dios, el de las barbitas y la túnica blanca, entra en su habitación, y que Jesucristo subió a las pirámides y… en fin. Que andaba metida en tantas coas pero a Dios no lo veía por ningún lado.
En esa misma escuela (donde me dijeron que Dios se había muerto), paradójicamente, me enseñaron literatura de unos santos enamorados de Dios: Santa Teresa y San Juan de la Cruz. Lo curioso es que estos santos confianzudos no hablaban de ningún Dios sino de su Amado, su Querido, su Carillo; se volvían locos con su cabello, sus ojos, su olor, su nombre. Ahí fue cuando volvió a nacer la curiosidad de encontrar a Dios (a ver si era tan guapo) y comencé de nueva cuenta mi recorrido.
Esta segunda búsqueda fue mucho más fructífera: conocí a los ateos budistas, que proclaman que no hay creador ni creado, ni nada, sólo vacío; a los hinduistas que tienen una lista enorme de nombre para Dios, según su manifestación; a los sikhs que tuvieron que apechugar entre la guerra y la devoción; a los practicantes de la bhakti que practican lo mejor que pueden y como Dios les da a entender; y también a los sufis que se llaman a sí mismos los “ebrios de Dios”, pero pasan por alto el alcohol. Y todavía me quedan ganas de conocer más (a los practicantes del Tantra, por ejemplo, pero son tan secretos que ni ellos mismos saben que son tántricos).
¡Ay! Otra vez: ¿dónde quedó Dios?
A pesar de que en la escuela siguen insistiendo que no hay Dios, y que está muerto y que cómo va a haber un Dios, ¿qué no ves como está el mundo?, si existiera Dios todos viviríamos en paz, en sana convivencia con los tigres y los osos polares, todos vestidos con camisas limpias y zapatos boleados, como las revistitas de Atalaya….
Insisto en que Dios debe andar por algún lado. Si, como dicen, la sociedad posmoderna se define por una crisis de la cultura moderna, pero también por una tendencia a la heterogeneidad, la multiculturalidad y la interdisciplinaridad, deduzco que por ello existen los que, por un lado, ni se acuerdan del tal Dios y por el otro, los que queremos encontrarlo en una de las tantas religiones que nos ofrece el mercado de la espiritualidad.
Vendré aquí cada quince días a contarles cómo me ha ido en mi peregrinaje, sin ninguna pretensión mas que la informativa (por si usted también tiene la duda de dónde anda Dios, o saber dónde quedó el cadáver). Describiré de qué trata cada una de las prácticas con nombres raros que mencioné arriba, que pueden pasar desde la pura devoción hasta instituciones con fines de lucro. También hablaré de las múltiples formas de expresar la espiritualidad, casi todas ellas relacionadas con el arte.
Sólo pretendo dar testimonio de esta búsqueda de Dios, que, como cualquier otra búsqueda (como la de los héroes de novela), no está separada de la búsqueda de un yo interior, más auténtico y verdadero.

DTZ

miércoles, 24 de agosto de 2011

Smile or die


Muchas cosas me han salido mal. Siempre hubo alguien que me dijera que los problemas tienen un lado positivo, que la sed se mitiga más con un vaso medio lleno. Si al principio la actitud optimista se me presentaba a través de los consejos como una solución a mis problemas, se convirtió después, a través de regaños, en una carga que me “afectaba” por su ausencia. “Necesitas una mejor actitud” decían, y cuando no resultó, mis conocidos llegaron a la conclusión de que mis problemas eran propiciados por mi mala actitud. Así que no hay posición neutral (dejemos a un lado el ser negativo), el simple hecho de no ser optimista ya es una condena asegurada.

Mucho poder se le ha atribuido a la filosofía de lo optimista: sonreírle al infortunio, no sólo garantiza una vida más satisfactoria si no que es capaz incluso de curar enfermedades, de cambiar al mundo. A pesar de todo, existe un gran problema: a los optimistas no les va mejor a que a mí; los discursos del poder no logran cobijarnos con sus risueñas posiciones; y (no tengo ningún argumento para esto) siempre me han parecido sospechosas las personas que ríen demasiado.

Lo que sí levantó mi ánimo, fue encontrarme con las teorías de Barbara Ehrenreich y Slavoj Zizek. Ambos, a su manera, describieron lo que podemos llamar el lado siniestro de la sonrisa. Parece que la filosofía del optimismo se ha vuelto cada vez más virulenta al equiparar lo positivo (una actitud, una forma de ver la vida) con lo bueno.

Si queremos recordar alguno de los estragos del optimismo podemos hablar del favorito de los autores nombrados: en los círculos que tejen la economía mundial, el pensamiento que no es asertivo se ve como una amenaza: las inversiones requieren de promesas, de esperanzas, no de garantizar que todo saldrá bien si no de interpretar las estadísticas de tal forma que un ambiente de confianza se genere. Todo aquél que intentó advertir de los peligros de creer que todo saldría bien era expulsado pues el escepticismo es una enfermedad para las finanzas. Las burbujas reventaron (la burbuja dotcom, las hipotecas subprime) y sus consecuencias se sienten crecer, la pregunta “¿quién robó mi queso?” nunca fue tan molesta.

Si hemos de ser honestos, las grandes ideas, aquellas que propiciaron algún cambio (sea cual sea su desenlace) no nacieron de una actitud optimista ante la realidad, si no de la sospecha de que el mundo no era tan bueno como los felices proclamaban, y que, desde luego, no hay actitud que sea imán de la buenaventura cuando tus ideas (por mas bienintencionadas que sean) vulneran los planes de algunos.

Si la cultura la hacen los hombres, sus productos entonces tienen intenciones; esta columna busca analizar esos propósitos a través de sus aplicaciones y puntos de enunciación, terminar con el imperio del optimismo sin tendencias políticas y reconocer en la visión de la sospecha el valor de la crítica. No habrá aquí un manifiesto del pesimismo si no un diálogo con las otras visiones, con la fructífera desconfianza, aplicada a la esfera pública, al discurso político, a los productos artísticos y a las mercancías cibernéticas. Que quede entonces la amenaza en el aire: Smile or die.


Luis Miguel Albarrán

Vomitando todos somos iguales.


La frase que da título a esta columna sale de unas cuantas horas de desvelo al lado de Mantra de Rodrigo Fresán. A este último lo admiro pero aclaro que tomo prestada la frase con fines nada buenos y con intenciones claras de terrorismo literario.

Y dice más o menos así: todos los seres humanos nacen iguales en dignidad y derechos, y que lo leemos y que no lo creemos, o ríes o lloras. Pocas, casi inexistentes, son las situaciones en las que un individuo tiene las mismas oportunidades que otro, vivimos en una sociedad marcada por el status y por las escazas “palancas”, “paros”, “favorcitos” que se han vuelto el único motor de movilidad social en nuestro país. Naturalmente, la cama donde duerme Carlos Slim no tiene nada en común con el catre en el que duermen millones de mexicanos, la seguridad de la que se rodea Felipe Calderón suena a ficción para el norte de nuestro país, los tacos al pastor que se atasca Carstens no vienen del mismo perro (que hasta entre ellos hay razas) ¡No somos lo mismo! ¿o sí?

Como sociedad hemos adoptado un papel harto cómodo, harto pasivo, ante nuestra realidad. Nos dicen que somos limitados y aceptamos ese discurso sin ponerlo en duda. Nos gritan que somos menos y nos hacemos menos entre nosotros, estamos en la era del autosabotaje. A pesar de todo hay, siempre ha habido, una verdad divina que quisiera compartir: nuestro cuerpo, el tuyo, el mío, el de Slim (el de Carstens no porque me da asco) nos pone al mismo nivel. Sí, así es: vomitando todos somos iguales. Todos, sin excepciones, sentimos esas ganas, el espasmo involuntario, inmediato, imparable de expulsar aquello que nos hace daño. De hablar de estas igualdades, las gratas y las no tanto, se encargará esta columna y a veces lo haré yo.

Paulina del Collado

martes, 23 de agosto de 2011

PRIMER CONCURSO DE MINIFICCIONES EN FACEBOOK "TELECÁPITA 2011"

CONVOCATORIA




  1. Telecápita invita a todos los escritores a participar con una minificción en español cuya extensión máxima sea de 420 caracteres (incluyendo espacios).
  2. El premio consta de 1) un diploma, 2) la publicación de la minificción el la revista "El puro cuento", 3) la inclusión de la misma en una antología que será publicada por Mantarraya Ediciones el próximo año y 4) un Kit poético "Boca Llena", cortesía de Mantarraya Ediciones; para los tres primeros lugares. Además, el ganador del primer lugar se hará acreedor a una cena para dos en personas en la Hostería La Bota, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
  3. Las narraciones deberán publicarse en el muro de la página de Telecápita en Facebook. Para poder postear el texto, los participantes deben dar clic en el botón "like" o "me gusta" en la parte superior de la ventana, a fin de habilitar la opción que permite publicar contenido en la página.
  4. El periodo de recepción de los textos queda abierto a partir de la publicación de esta convocatoria y finaliza el 4 de septiembre de 2011 a las 20:00 horas. Cualquier minificción publicada fuera de ese periodo no podrá participar en el concurso.
  5. La elección de la minificción ganadora se llevará a cabo en dos etapas: A) La primera etapa consiste en el voto de la gente. Todos los usuarios de Facebook podrán apoyar su(s) texto(s) favoritos a partir de la publicación de la convocatoria y hasta el día 11 de septiembre de 2011 a las 23:59 hrs., haciendo clic en la opción "Me gusta" o "Like", que aparece en debajo de todas la publicaciones. Las diez minificciones con mayor número de "Likes" pasarán a la final. B) Para la segunda etapa, se contará con un jurado integrado por los escritores Alberto Chimal y @DonRul; así como con el experto en minificciones Carlos López. Este jurado decidirá cuáles son los textos ganadores de los tres primeros premios.
  6. Una vez que el jurado haya deliberado y emitido el fallo, que será inapelable, el día 20 de Septiembre se procederá a la notificación de los ganadores y a la divulgación del resultado a través de las redes sociales de Telecápita (Facebook y Twiter) así como del Blog.
  7. El premio será declarado desierto si el jurado considera que los trabajos no reúnen los requisitos necesarios.
  8. La premiación se realizará en el Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras, en Ciudad Universitaria, Ciudad de México, el día 24 de Octubre de 2011, como parte del Simposio de Literatura y Posmodernidad, Telecápita 2011.
  9. El comité organizador está facultado para resolver los casos no previstos en la presente convocatoria.

viernes, 19 de agosto de 2011

DICTAMEN COLOQUIO "ESTÉTICA / ACELERACIÓN / SIMULACRO"

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
COORDINACIÓN DE DIFUSIÓN CULTURAL UNAM
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

TELECÁPITA
informa

De acuerdo con la evaluación del Comité Dictaminador del Coloquio de Estudiantes de Letras “Estética / Aceleración / Simulacro”, conformado por Dr. Manuel S. Garrido (UNAM), Dra. Mónica Quijano (UNAM), Dra. Sandra Lorenzano (Claustro de Sor Juana), Dr. Jorge Carrión (Universidad Pompeu Fabra / Barcelona), Mtro. Israel Ramírez (UNAM), Lic. Sergio González Rodríguez y Lic. Edgar Chías, se anuncia a continuación las personas seleccionadas para participar en el Coloquio de Estudiantes de Letras “Estética / Aceleración / Simulacro”, que se realizará en el marco del Encuentro de Arte, Pensamiento y Nuevos Relatos Telecápita 2011, evento a celebrarse del 24 al 28 de octubre próximos en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, el Teatro Santa Catarina y el Centro Cultural de España en México.

A los seleccionados, en breve, se les notificará por correo electrónico los procedimientos a seguir para hacer efectiva su participación en el Coloquio.

Telecápita aprovecha para extender un sincero agradecimiento a todos aquellos que participaron en este proceso de selección, de forma especial a los autores de aquellas propuestas que finalmente no fueron consideradas en esta ocasión por el Comité Dictaminador.

Sin duda, la profundidad de las propuestas convirtió a ésta en una convocatoria muy rica e interesante, lo cual complicó el proceso del dictamen, sobre todo en la selección de aquellas ponencias que aplicaron para las temáticas "Habitar el Infierno" (20) y "Literatura y pantallas" (17), las cuales sumaron el 60% del total de las propuestas recibidas.

El Dictamen se rigió por los siguientes patrones: 1) pertinencia temática; 2) relevancia a nivel de interdisciplinariedad; 3) presentación y claridad de la propuesta, 4) profundidad de los temas establecidos, 5) sentido y espíritu de innovación, y 6) puntualidad con los requerimientos expresados en la convocatoria.

En caso de que alguno de los seleccionados incumpla con las fechas de entrega y/o los requerimientos previos al evento, oportunamente se le suplirá por alguno de aquellos que no fueron seleccionados en este Dictamen.

El orden del siguiente listado no corresponde a ninguna razón particular. A partir de la difusión de este Dictamen, las siguientes personas se comprometen a seguir de manera puntual los requisitos y entregas sobre las cuales serán notificados próximamente. Si alguno de los enlistados desea renunciar a su participación en Telecápita les solicitamos avisar su decisión a la brevedad a la dirección electrónica: telecapita@gmail.com


1. Diana Deyanira López Olmos (Lengua y Literaturas Hispánicas / UNAM)
2. María del Carmen García López / José Roberto Viveros Castillo (Universidad Veracruzana)
3. Carla Alejandra González de Pedro (Letras Hispánicas / UNAM)
4. Lic. Eva Castañeda Barrrera (Maestría en Letras / UNAM)
5. Gabriela Silva Ibargüen (Lengua y Literaturas Hispánicas / UNAM)
6. Nancy Mendoza Silva (Lengua y Literaturas Hispánicas / UNAM)
7. Sergio Contla Guerrero (Lengua y Literaturas Modernas Inglesas / UNAM)
8. Guillermo Alberto Sánchez Delgado (Lengua y Literaturas Hispánicas / UNAM)
9. Mtra. Alejandra G. Amato (Doctorado en Literatura Hispánica / COLMEX)
10. Mtra. Delicia Cebrián López (Doctorado de Literatura Hispanoamericana /Universidad Complutense de Madrid)
11. Mtro. Jorge Aguilera López (Doctorado en Letras / UNAM)
12. Patricia Romero Ramírez (Letras Hispánicas / Universidad Autónoma del Estado de Morelos)
13. Claudia Salgado (Lengua y Literaturas Hispánicas / UNAM)
14. Cecilia Conroy Pacheco (Ciencias de la Comunicación / UNAM)
15. Jonás Téllez (Letras Hispánicas / Universidad Autónoma Metropolitana)
16. Rolando Ramiro Vázquez Mendoza (Lengua y Literaturas Hispánicas / UNAM)
17. Esaú Acevedo Martínez (Lengua y Literaturas Hispánicas / UNAM)
18. Mario Alberto Ramírez León (Lengua y Literaturas Hispánicas / UNAM)
19. Lic. Valeria Gil Orduña (Pedagogía / UNAM)
20. Carlos Misael Ceballos Quintero (Estudios Latinoamericanos / UNAM)
21. José Ernesto Alonso Hernández (Lengua y Literaturas Hispánicas / UNAM)
22. Lic. David Issai Saldaña Moncada (Maestría en Letras / UNAM)
23. Tania Puente García / Luis Felipe Eguiarte Souza (Lengua y Literaturas Hispánicas /UNAM e Historia / Universidad Iberoamericana)
24. Marc Delcan Albors (Licenciaturas en Periodismo e Historia / Universidad de Valencia)
25. Rodrigo Riquelme Galván (Lengua y Literaturas Hispánicas / UNAM)
26. Alejandro Velásquez Hernández (Lengua y Literaturas Hispánicas / UNAM)
27. Roberto Cruz Arrabal (CEPE Taxco, UNAM)
28. Lic. César Enrique Pineda (Maestría en Estudios Latinoamericanos/ UNAM)

Por su apoyo, muchas gracias.

Organización Telecápita